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El destino de los templos romanos de Hispania

  • José Carlos López Gómez

    Graduado en Historia por la Universidad de Castilla-la Mancha (2014) y doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid (2020). Ha realizado estancias de investigación predoctoral en Londres (2017), en Roma (2018), y un año de estancia de investigación postdoctoral en el RomanIslam Center (Universidad de Hamburgo) durante 2021. En abril de 2022 se incorporó a la Universidad de Málaga.

Existe en el imaginario colectivo la idea de que bajo las iglesias de las ciudades históricas de España se encuentran los restos de las antiguas mezquitas andalusíes. Estas, a su vez, se habrían construido sobre iglesias visigodas, que asimismo habrían reutilizado los templos paganos de época romana. Lo que subyace detrás de esta narrativa son dos ideas fundamentales: la primera, que los espacios de culto habrían mantenido su sacralidad durante 2.000 años, por lo que la topografía religiosa de las ciudades de la península ibérica no habría sufrido sustanciales cambios desde la época romana hasta la actualidad. La segunda, que los distintos movimientos de carácter religioso que derivaron de cambios en el sistema de creencias, o que surgieron como consecuencia de procesos de conquista, se habrían impuesto, de forma violenta, sobre los sistemas religiosos previos. No habría una acción más enérgica con la que manifestar el triunfo de una nueva religión sobre la anterior, que la superposición física de los nuevos espacios de culto sobre aquellos que les precedieron.

Pero como sucede a menudo, la realidad histórica dista mucho de las creencias populares. Las numerosas investigaciones arqueológicas que se han podido llevar a cabo en las ciudades de España y Portugal en las últimas décadas apuntan a que esta narrativa tiene escasos atisbos de realidad, al menos en lo que se refiere al periodo de transición entre el politeísmo romano y el cristianismo. La arqueología ha puesto de manifiesto que la mayor parte de los templos romanos localizados en las ciudades de la Hispania romana habían sido abandonados antes de que comenzara el siglo IV. Esto quiere decir que el abandono de los templos paganos se produjo más de un siglo antes de que el cristianismo tuviera una base económica y social lo suficientemente sólida como para tener la capacidad de empezar a transformar la ciudad. No es hasta inicios del siglo V cuando las comunidades cristianas de Hispania contaron con los fondos necesarios para poner en marcha el desarrollo de una arquitectura monumental que comenzara a generar un verdadero impacto en el urbanismo. Pero los primeros complejos basilicales identificados en ciudades episcopales como Tarragona, Mérida o Barcelona no han aparecido en las áreas centrales de las viejas ciudades romanas, sino en lugares periféricos y, a menudo, extraurbanos. En ningún caso una iglesia cristiana fue construida sobre un santuario pagano en uso.

¿Cuál fue el destino de los templos politeístas de la península ibérica?

Las crisis económicas que afectaron a numerosas regiones de Hispania en el siglo III, y los cambios ideológicos que modificaron sustancialmente el interés que hasta entonces habían tenido las elites locales en el mantenimiento de los viejos espacios de culto, fueron los catalizadores que provocaron que numerosos templos romanos comenzaran a caer en desuso por falta de financiación. Como consecuencia, muchos fueron reconvertidos en espacios de funcionalidad diversa, o fueron directamente desmantelados con el fin de reutilizar su material para otros menesteres.

Un caso paradigmático es el santuario dedicado a la diosa Isis que se excavó recientemente en Cartagena (Carthago Nova) en la zona baja del Cerro del Molinete. Sabemos que el templo se construyó a finales del siglo I y se mantuvo en uso durante más de un siglo. Sin embargo, a lo largo de la segunda mitad del siglo III el lugar comenzó a caer en desuso, hasta que, a comienzos del siglo IV, el viejo templo, ya completamente desacralizado, fue ocupado por un taller en el que se fabricaron objetos de hierro y de vidrio.

Recreación hipotética del santuario de Isis en Carthago Nova. Imagen tomada de Noguera y Madrid, 2019, fig. 30.
Recreación hipotética del santuario de Isis en Carthago Nova. Imagen tomada de Noguera y Madrid, 2019, fig. 30.

A más de 500 kilómetros al oeste de Cartagena, en la ciudad romana de Itálica (Santiponce, Sevilla), famosa por ser uno de los escenarios donde se rodaron algunas escenas de la popular serie Juego de Tronos, se construyó en el siglo II el denominado Traianeum. Se trataba de un espacio religioso compuesto por una plaza porticada en cuyo centro se erigió un templo de mármol cuyas dimensiones se aproximarían a los 30 metros de ancho y 48 metros de largo. Su monumentalidad fue de tal magnitud, que el templo sería visible por los barcos que entraban desde en el puerto fluvial de Híspalis (Sevilla). Este complejo fue, indudablemente, uno de los núcleos de la vida religiosa de la ciudad de Itálica entre el siglo II y el siglo III, donde el culto a los miembros de la casa imperial conviviría con la veneración hacia otros dioses del panteón romano como Júpiter, Apolo, la Victoria Augusta o Isis, según se deduce de los hallazgos epigráficos procedentes de la zona. Pero en una fecha indeterminada entre finales del siglo III y comienzos del IV, el santuario empezó a caer en desuso, hasta que, a mediados del siglo IV, los pórticos de la plaza del templo comenzaron a ser reutilizados como espacios de viviendas, en las que se reaprovecharon algunos de los materiales decorativos y constructivos procedentes del propio edificio de culto.

Recreación ideal del Traianeum de Itálica. Wikimedia Commons. Autor: Franck Devedjian

Finalmente, el famoso “Templo de Diana” de Mérida, que fue el santuario que presidía la plaza del foro de la Colonia Augusta Emerita, y el lugar donde se celebraban las ceremonias del culto al emperador organizadas por las instituciones locales, fue probablemente uno de los últimos templos públicos que se abandonaron en la península ibérica. Sabemos, por los datos estratigráficos obtenidos de las excavaciones arqueológicas, que bajo uno de los niveles de derrumbe procedentes templo, aparecieron una serie de materiales cerámicos y numismáticos datados entre los años 340 y 380 d.C. Ese nivel marcaría el inicio del proceso de ruina del edificio, cuyo entorno se convirtió en un basurero. El templo, sin embargo, no fue desmantelado debido a que su estructura estaba compuesta de un material menos suntuoso que el mármol: el granito. Esto fue lo que favoreció su conversión en casa palaciega en épo­ca medieval y moderna, y lo que condicionó su excelente estado de conservación actual.

“Templo de Diana” de Mérida. Fotografía: Sabine Panzram.

Los ejemplos mencionados son lo suficientemente elocuentes como para plantear que los templos romanos de la península ibérica, que se erigieron como espacios nucleares en la vida religiosa de los habitantes de Hispania, fueron abandonados, desmantelados o reutilizados para fines diversos por las propias poblaciones que los erigieron, debido a circunstancias que poco tienen que ver con el “triunfo del cristianismo”. Asimismo, las comunidades cristianas tampoco reutilizaron los viejos espacios de culto con el fin de ejercer una forma de violencia física que les legitimara como nueva religión triunfante, sino que estas empezaron a construir una nueva topografía religiosa a partir del siglo V. Para entonces, los santuarios paganos monumentales, con sus ceremonias públicas, sus sacrificios y sus suntuosas ofrendas, no parecen haber sido más que un lejano recuerdo de una realidad religiosa perdida para siempre.

Bibliografía:

Noguera, José Miguel y Madrid, María José. “Arqueología de los espacios sagrados en Carthago Nova. El santuario isiaco del Molinete (insula II)”. En Santuario de Isis y Serapis (Insula II) Molinete/Cartagena. Barrio del Foro Romano. Proyecto integral de recuperación y conservación. Murcia, Ayuntamiento de Carta­gena – Consorcio Puerto de Culturas -Universidad de Murcia, 2019, pp. 36-95.

León, Pilar. Traianeum de Italica. Sevilla, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1988.

Álvarez, José María y Nogales, Trinidad (eds.). Forum Coloniae Augustae Emeritae. «Templo de Diana». Mérida, Asamblea de Extremadura, 2003.

López Gómez, José Carlos. El ocaso de los dioses en Hispania: Transformaciones religiosas en el siglo III. Madrid, CSIC, 2021.

  • José Carlos López Gómez

    Graduado en Historia por la Universidad de Castilla-la Mancha (2014) y doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid (2020). Ha realizado estancias de investigación predoctoral en Londres (2017), en Roma (2018), y un año de estancia de investigación postdoctoral en el RomanIslam Center (Universidad de Hamburgo) durante 2021. En abril de 2022 se incorporó a la Universidad de Málaga.

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